Dos montañeros, un estadounidense y un suizo, fallecieron en el Everest y se convirtieron en las primeras víctimas mortales de la temporada, anunciaron los organizadores de la expedición en Nepal este jueves.
"Dos montañeros murieron el miércoles", dijo a la AFP Mingma Sherpa, de la agencia Seven Summit Treks.
El alpinista suizo Abdul Waraich, de 40 años, "sufrió agotamiento" tras llegar a la cumbre (8.848,86 m), precisó Chhang Dawa Sherpa, de la misma organización.
"Enviamos dos sherpas adicionales con oxígeno y alimentos, desgraciadamente no pudieron salvarle", declaró este último en Instagram.
El alpinista estadounidense Puwei Liu, de 55 años, llegó hasta el paso de Hilary pero fue víctima de la ceguera de las nieves y de agotamiento y necesitó ayuda para el descenso, según los organizadores. Llegó al campo 4 donde falleció poco después de manera súbita.
El mal tiempo impide recuperar por el momento los cuerpos de los montañeros para el descenso y su posterior repatriación, agregó Thaneshwor Guragain de Seven Summit Treks.
- Once fallecidos en 2019 -
Once personas murieron al intentar alcanzar la cima del Everest en 2019. Cuatro de estos decesos se atribuyen al exceso de personas que intentan la ascensión.
En un solo día, una multitud de 354 personas hacen fila par subir a la cima más alta del mundo, desde el lado sur, situado en Nepal, y el lado norte, en Tibet.
El ministerio nepalí de Turismo decretó nuevas reglas para limitar el número de alpinistas que tratan de alcanzar el "techo del mundo".
La pandemia acabó con la temporada pasada, pero este año Nepal suavizó las reglas de cuarentena con el fin de atraer más alpinistas, pese a los riesgos de contraer covid-19 durante su expedición, donde la altura dificultaría la asistencia médica.
En total, Nepal entregó 408 autorizaciones de escalada, un número muy superior a las 381 de 2019.
En este momento, en el campamento base hay más de mil personas, entre alpinistas y sus equipos de apoyo, y los hoteles en la zona han vuelto a abrir.
Las condiciones meteorológicas más benevolentes han coincidido sin embargo con una virulenta ola de covid-19 en Nepal, donde hay confirmadas más de 422.000 infecciones y más de 4.250 muertes desde el inicio de la pandemia.
En las últimas semanas más de 30 alpinistas fueron evacuados del campamento base, situado a 5.364 metros de altitud, con síntomas de coronavirus, aunque solo tres de ellos dieron positivo en los test de diagnóstico.
Como la respiración es ya difícil a esta altura, un brote entre los alpinistas podría ser catastrófico.
China, primer país afectado por la pandemia a finales de 2019, anunció que iba a instar una "línea de demarcación" en la cumbre del Everest para evitar el contacto entre alpinistas de las vertientes norte y sur y minimizar los riesgos de contaminación por coronavirus.
China consiguió controlar la propagación del virus desde principios del 2020 y teme que las infecciones regresen a su territorio desde el extranjero.
Como el país tiene sus fronteras prácticamente cerradas desde marzo de 2020, vigila con lupa la cumbre del Everest que comparte con Nepal.
Responsables tibetanos citados por la agencia Xinhua aseguraron que tomarán "las precauciones más estrictas posibles" para evitar un foco de contagios procedente de los escaladores que llegan del lado sur nepalí, aunque no se tienen más detalles de cómo se logrará separar la cumbre.
China prohíbe a los alpinistas extranjeros la ascensión al Everest desde el año pasado debido a la pandemia.